La diabetes, es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la concentración de glucosa en sangre debido a que el páncreas no produce, o el organismo no utiliza, la insulina de forma adecuada.
La insulina, es una hormona imprescindible para la vida. Todas las personas necesitamos insulina durante las 24 horas del día de forma continua y variable, es decir, no se necesita la misma cantidad de insulina a todas las horas. Cuando una persona come, necesita más insulina y cuando realiza actividad física necesita menos.
La fábrica de la insulina es el páncreas, que es una glándula situada en la parte izquierda del abdomen, muy cerca del estómago. De allí la insulina pasa a la circulación de la sangre para repartirse por todo el organismo.
Nuestro cuerpo necesita energía para funcionar, al igual que un coche necesita combustible. Esta energía la podemos obtener a partir de los alimentos que ingerimos. Generalmente la mitad de lo que ingerimos contiene hidratos de carbono (también llamados azúcares o glúcidos), los cuales, una vez pasan al estómago e intestino, se transforman mediante la digestión en glucosa, que es el azúcar más sencillo. Cuando los hidratos de carbono se encuentran en forma de glucosa, pasan a la sangre y es en este momento cuando actúa la insulina.
La insulina es necesaria para que la glucosa entre en las células, como si fuera una llave, y así la glucosa pueda ser utilizada como fuente de energía. Sin insulina, la glucosa se acumula en la sangre en exceso y provoca hiperglucemia. , y se elimina por la orina, lo cual hace que se orine en gran cantidad (lo que se llama poliuria), y se tenga que beber mucho líquido (polidipsia). La falta de alimento en nuestras células provoca adelgazamiento y cansancio